Por José Núñez.
Se rompió la obra cumbre del profesor Juan Bosch y Gaviño, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y nace vía una fusión con el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), el partido La Fuerza del Pueblo (LFP), que conjuntamente con el Partido Revolucionario Moderno (PRM), conforman una tríada mayoritaria para las próximas elecciones generales del 2020, donde obviamente, un conjunto de partidos pequeños y pequeñitos hacen el total del amalgama electoral dominicano.
Todo se transforma, todo cambia en el panorama político nacional al fragmentarse la unidad entre los peledeístas, que fue la clave fundamental en los 6 triunfos consecutivos y abrumadores del PLD, los cuales se lograron desde el 2004 al 2016, y todo toma mayor énfasis, porque quien renuncia de ese partido, es el que era su presidente y el que estaba reconocido como su principal líder, y por demás, el dirigente más compacto de la Nación.
Veamos a grandes rasgos en los inicios de la reestructuración del cuadro político nacional, las realidades de cada una de las partes mayoritarias que conforman la tríada representada por; el PRM, el PLD y la emergente Fuerza del Pueblo (LFP):
Partido Revolucionario Moderno (PRM): Obviamente, lo acontecido en el PLD con la salida de Leonel Fernández y su automática ruptura con una división significativa, el PRM con su candidato presidencial Luis Abinader ya oficializado, escogido por una mayoría abrumadora de 74.10% contra un 21.18% que alcanzó Hipólito Mejía, y sin traumas de ningún tipo, es lógico, que por el momento se vean como los más beneficiados de este gran acontecimiento político divisionista entre los peledeístas.
Entonces decimos, si es tú principal adversario que te ayuda a llegar a la meta, al objetivo que se quiere alcanzar, evidentemente que es mucho mejor. Por lo que debemos concluir, que de entrada, el que sale beneficiado en la percepción de la población como el partido a vencer, es el PRM. Luego veremos, pero ahora, esa es la verdad.
Partido de la Liberación Dominicana (PLD): Naturalmente, sin importar el tipo de institución que sea, cuando se da una división y en las mismas se van tantas y tantas figuras preponderantes y visionarias, líderes de un partido, donde también renuncian en masas otras categorías de dirigentes y miembros, los efectos negativos tienen que venir apareados.
Independientemente de que algunos peledeístas en lo particular se crean favorecidos con ascensos políticos y con cargos públicos, con el resquebrajamiento que se ha dado en el partido morado, el asunto es que en lo general, la organización ha quedado bien golpeada en lugares y espacios muy sensibles.
Y el asunto es más dramático, porque previo al resquebrajamiento en el PLD, éstos vivieron momentos de muchos debates y discusiones por las diferentes vías de comunicación, donde se enfrentaron como contrarios políticos por las formas de cómo realizar su elección interna, si debían ser primarias abiertas o cerradas, luego se pasó a una guerra campal para evitar que se modificara la Constitución otra vez para permitir la segunda reelección de Danilo Medina.
Todo lo anterior es sin mencionar los niveles de irrespeto que llegaron a escenificarse públicamente entre los peledeístas, donde los dimes y diretes fueron el pan nuestro de cada día, lo que fue evidenciando lo inminente, lo patético; hasta que se consumó la división.
Lo que le pone la tapa al pomo en la división del PLD, es que al éstos enfrentarse electoralmente en unas elecciones primarias abiertas, todo demostró que el que encabeza la salida de su ex partido; Leonel Fernández, es el hombre que contra el Estado mantuvo una votación mitad a mitad, y eso, que la diferencia en la logística y otros meneos, era abismal a favor del delfín del Presidente.
Esto es tan serio en el PLD, que ahora hay que esperar a ver cómo se reorganizan las partes, y lo bueno del caso es que la población los va a evaluar, y es seguro que este gran jurado, se va a inclinar más a favor de una de las dos facciones; en la que se quedó, o por la que decidió hacer camino al andar, la denominada Fuerza del Pueblo.
Aunque en definitiva, la división dentro del PLD es una espada de Damocles, la cual comenzarán a sentir con sus verdaderos efectos, en febrero del 2020, ahí será el preludio, ya que en mayo de ese mismo año, podría comenzar la debacle de la era morada.
La Fuerza del Pueblo (LFP): Este es el nuevo proyecto del expresidente Leonel Fernández, que a través de una fusión con el veterano Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), forman ahora La Fuerza del Pueblo, donde el señor Fernández pasó a ser su Presidente y a liderar la organización, que aunque no era grande, era una experimentada y muy bien organizada estructura política.
Ya hoy, con esta unificación o fusión entre Leonel y el PTD, nace LFP con las expectativas certeras de que desde ya pasa a formar parte de las organizaciones mayoritarias del país, y cuidado si en el corto plazo nos aparece encabezando esa apetecida posición política.
En este contexto, hay que observar cómo se mueve el ducho dirigente y exitoso político dominicano, Leonel Fernández en la actual coyuntura electoral, donde solo parece que es o podría ser su obstáculo principal, un argumento legal en conflicto, ya que se debate, si procede o no su inscripción como candidato presidencial por seis partidos políticos, que si obtiene ganancia de causa, como todo luce indicar, por estar blindado por la Constitución, que es nuestra ley de leyes, el hombre hasta puede ganar las elecciones generales del 2020.
Cuidado con Leonel, que es uno de esta tríada tras un mismo fin para el 2020, la población está en su líder, y él se ha mantenido diciendo que, «no hay marcha atrás».